
Homenaje a Liszt
«Es también una pequeña señal política, pues España tuvo la presidencia de la Unión Europea este año (en el primer semestre), y Hungría la ocupará el año próximo», añadió. Así las cosas, siempre dentro del programa tradicional centrado en los valses y polcas de la dinastía musical de los Strauss y sus contemporáneos, ambos países están representados: la influencia de la vecina Hungría, antiguamente miembro del Imperio Austro-Húngaro, se oirá en el Csárdás (un baile magiar) de «Ritter Pásman», también del «Rey del Vals». Y además, con motivo de la celebración del bicentenario del nacimiento del compositor Franz Liszt (1811-1886), los filarmónicos rendirán homenaje en la Sala dorada del Musikverein de Viena a este «gran virtuoso de la música» interpretando una obra suya, el vals "Mephisto" Nº1. Y por la misma razón han escogido al «Furioso-Galopp según motivos de Liszt», op.114, de Strauss hijo.
Por primera vez, el austríaco Franz Welser-Möst, de 50 años y actual director general musical de la Ópera de Viena, dirigirá este concierto, elegido democráticamente para ello por los miembros de la orquesta, como lo han hecho en años anteriores con maestros como Daniel Barenboim, Nikolaus Harnoncourt, Seiji Ozawa, Riccardo Muti, Zubin Mehta, Carlos Keliber o Claudio Abbado, entre otros. «Para mí es una gran oportunidad poder hablar con esta orquesta un idioma musical que durante 25 años he intentado acercar a otras orquestas en el mundo», dijo por su parte Welser-Möst, antiguo director musical de la Cleveland Orchestra, aludiendo a un estilo tradicional vienés de interpretar la música austríaca. Tras el programa oficial, de quince piezas, no hay dudas de que entre los bises tradicionales no faltarán las famosas obras «El Danubio Azul» y la «Marcha de Radetzky» con la que, acompañada por las rítmicas palmadas y golpes de pies del público, concluye cada primero de enero este famoso espectáculo, cuyo origen se remonta a 1939, una época oscura de la historia de Austria, dominada entonces por el Tercer Reich.
50 millones de espectadores
Sin embargo, y no por último gracias a la evolución de la tecnología de las comunicaciones, ese pasado no ha impedido que este concierto se convierta en uno de los más célebres y el disco y DVD que sale a la venta pocos días después es también uno de los más vendidos de música clásica. Para la radio y televisión pública austríaca ORF, que lo transmitirá en directo con 14 cámaras desde la citada sala, adornada con flores de San Remo (Italia), es una de sus mejores y más lucrativas producciones. «Es uno de nuestros puntos culminantes en nuestra producción cultural y técnica. Será la vez número 53 que transmitimos este concierto. El año pasado lo vieron 50 millones de personas en todo el mundo», dijo en la rueda de prensa conjunta Alexander Wrabetz, director general de la ORF. Como todos los años, la versión televisada contará con escenas de danzas a cargo de miembros del Ballet de la Ópera de Viena, esta vez creadas por el coreógrafo Jean-Guillaume Bart.
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